sábado, 10 de noviembre de 2007

UNA REFUTACIÓN DEL PANBOLERISMO


PARTE 2

EL FÚTBOL ES EL DEPORTE MÁS POPULAR A NIVEL MUNDIAL
Es probable. Pero eso sólo demuestra acaso el sentido democrático del fútbol. La democracia, lo dice Borges, no es sino un albur de la estadística: una promesa ilusoria: la igualdad. Lo anterior se cifra hasta en la propia semántica del fútbol: “México jugó con su similar de Brasil” (¿Qué de similares tienen los equipos de fútbol de México y Brasil?) La utopía democrática explica el descontento de nuestros tiempos: todos los hombres nacen iguales (¿Será lo mismo ser nieto de Carlos Slim a ser el hijo de un watuzi africano?) Creernos iguales, para regresar con un 5-0 a cuestas y las ilusiones rotas. El fútbol está hecho para traicionar nuestra fe. En el igualitarismo está el error: somos iguales para compartir pérdidas y asumir vía impuestos los rescates de los bancos quebrados, pero no para compartir la riqueza de los grandes banqueros y prestamistas. El fútbol tiene algo de eso: exige mucho y da poco a cambio (¿No se habla de mundiales enteros como el de Italia ‘90 con mal fútbol? ¿Cuándo se ha visto quejarse a un fan del béisbol de toda una temporada completa o de una Serie del Caribe?)

El béisbol es el Rey de los Deportes, reconoce una estructura equitativa de trato igual a los iguales y de trato desigual a los desiguales. (Nada de jugar con su similar de…)
La monarquía es equitativa. El béisbol rey. Los demás deportes miran de abajo a arriba: son asuntos menores.
LAS PORRAS DE FÚTBOL SON MÁS APASIONADAS
Si no hay distinción entre lo salvaje, lo violento y lo apasionado, entonces el fútbol es en efecto más apasionado. Basta ir a un partido de fútbol y luego a uno de béisbol, para comprender el grado de civilidad de los aficionados en uno y otro caso. El béisbol es un deporte de familias dispuestas a compartir un buen momento. El fútbol un deporte dominado por hordas de machos alfa dispuestos a destruir y humillar al otro.
El fútbol es sangriento en origen: los sacrificios mayas, el medieval calcio italiano y los piratas ingleses. Por su lado, el béisbol tiene sus primeros antecedentes en algunos rituales de los egipcios, un pueblo con un grado de sofisticación aún envidiado en esta época. Después de todo, hay algo de la solemnidad de las esfinges en las estructuras de los campos de béisbol.
El aficionado al béisbol se distingue del resto.
EN EL BÉISBOL NO HAY JUGADAS INDIVIDUALES COMO LAS DE MARADONA O PELÉ
Así de despistada es la propuesta panbolera. No es posible razonar con fundamento en definiciones y analogías inapropiadas Es amplio el trecho entre el béisbol y el fútbol. No puede haber jugadas “futboleras” en el béisbol: para empezar la pelota no está en poder del equipo a la ofensiva.
Es cómo decir: ¿y qué hay en fútbol que se parezca a un triple play?

Si bien espectaculares algunas jugadas en el fútbol, no deja de haber cierto aire de malabarismo gratuito en emplear los pies para patear o dominar un objeto. Las manos son el instrumento idóneo para manipular las cosas. El uso de las manos nos separa de los animales. El fútbol tiene algo de bizarro, es como ver enfrentados a 20 hombres con los brazos inutilizados, acompañados por dos paramédicos y vigilados por tres o cuatro empleados de la funeraria con silbato en boca.
No hay nada como un home-run en la novena entrada.
Pero el béisbol no se limita a un solo instante perdurando en la memoria: el béisbol penetra el alma y se torna la memoria misma.
El béisbol va más allá del olvido.
EL FÚTBOL ES ÉPICO
Épico es mirar de principio a final un cero a cero en el fútbol.
El fútbol es narrativa. El béisbol poesía.

*

Corolario Final: El béisbol no se toca, es cosa sagrada.

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