sábado, 12 de enero de 2008

¿EL BÉISBOL, UN JUEGO?


En un texto publicado en etcéter@, Héctor González entrevista al escritor Eliseo Alberto, hijo del poeta cubano Eliseo Diego. Entre las preguntas hay una referente al béisbol, cuya respuesta sostiene una tesis provocadora para cualquier fundamentalista beisbolero (V.gr. el administrador de este sitio,): “El béisbol como simple juego…”
Ésta es la parte referida:

En sus libros de alguna forma hace referencia al béisbol, ¿le gusta mucho?

“Me gusta, me aburre un poco, pero me encanta porque el béisbol no es un deporte, es un juego. Deportes son los que están llenos de atletas, pero el béisbol está lleno de gordos, panzones, que andan por ahí y por aquí, están todos borrachos; hasta en las grandes ligas hay una buena partida de gordos.”


No comparto la aseveración de Eliseo Alberto. Quizá bien intencionada se presta aún así a confusión. Dentro de un aparente elogio se oculta el cuestionable sofisma. Dejar pasar así la legítima naturaleza del béisbol no es para el auténtico aficionado. Como tampoco lo es el tratar de fingir un acotamiento del béisbol a la condición física de los peloteros. ¿Acaso no los investigan estos días precisamente por un abuso de los esteroides; un abuso casi rayando en el delirio de los atletas de las viejas repúblicas soviéticas?
Pero no todo es físico en el béisbol, sino más bien física de líneas, contactos, rotaciones, señales, y movimientos-acoplamientos. Se trata ante todo de una exaltación física-mental. Cualquier deporte no se cifra sólo en lo tangible. El léxico y el banal diccionario apoyan esta convicción.
¿Gordos? ¿Panzones? ¿Bebedores? Desde luego los hay. Babe Ruth era uno de ellos. ¿Pero como rebajar al Bambino a la categoría de simple jugador sin caer en el descrédito?
Eliseo Alberto, como escritor que no tiene vergüenza de serlo, hace bien en sacudir conciencias, en ser desmesurado, en retar sus propios placeres, pero su tesis no pasa de eso: de una provocación lisa y llana. Eso sí es un juego. Un simple juego verbal.
El béisbol, y esto lo sabe a conciencia el pueblo cubano, no es un juego. Es el Juego.


*

¿El béisbol es cuestión de gustos? Respondo con otras preguntas. ¿Shakespeare es cuestión de gustos? ¿Mozart es cuestión de gustos? ¿Boticelli es cuestión de gustos? Si el punto es distinguir lo que nos gusta de aquello que no, entonces bienvenida sea la opinión de cada individuo; pero si el punto es, en cambio, reconocer y apreciar la auténtica belleza, entonces no se trata de simples gustos, sino de sensibilidad y educación de la mente y los sentidos. Por eso, la belleza del béisbol no depende del gusto, sino de una realidad a la espera de ser comprendida en su justa dimensión.

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