viernes, 4 de septiembre de 2009

EL DESTELLO BLANCO

Dentro de las leyendas del béisbol es posible encontrar la referente a Steve Dalkowsky, el lanzador del cual algunos expertos llegan a sostener que su recta zumbaba hasta las 110 millas por hora, es decir, era más veloz que el mismísimo Nolan Ryan.

Dalkowsky, nacido el 3 de junio de 1939 en Nueva Inglaterra, era un zurdo que jamás llegó a las Grandes Ligas, pero a quien los aficionados mazatlecos recuerdan muy bien, pues jugó para los Venados en la campaña 1965-1966, siendo junto al Peluche Peña, el líder en blanquedas con un total de cinco.

Don Alfonso Araujo escribió sobre el velocista formidable: “Este Dalkowsky, cuando venía por ahí, no había equipo que le ganara. Pero si traía mucho descontrol, que era muy normal en él, no aguantaba mucho. Duró toda la campaña y terminó con 7-9.”

Tras su retiro del béisbol profesional, Dalkowsky cambió las rectas implacables por los consejos de Juan el Caminante, mejor conocido como Johny Walker en inglés, y aunque para la década de los 1990’s logró emanciparse del universo etílico, la demencia había ya consumido gran parte de sus neuronas, a tal grado que le resultaba ya difícil recordar hechos anteriores al año 1960.


Va un poema sobre Dalkowsky:

Yo he de esforzarme para no tener ante mis ojos más que los regueros irregulares del plato, pero las ondas azuladas del alcohol recrean ante mí un estupor como el registro inexorable de un sismógrafo. A mi pesar, distingo lienzos que hacen caer una luz de blancas reverberaciones. Quiero seguir, cimbrar el diamante con las ráfagas de la pelota, pero no hay más, la memoria abdica, calcinada ante el hielo y las tinieblas.

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