martes, 22 de septiembre de 2009

CARL SANDBURG: LA POÉTICA DEL HIT & RUN


Poeta, novelista, historiador, sobre todo poeta, Carl Sandburg, de padres suecos, nació un 6 de enero de 1878 en Illinois. Ganador del Pulitzer, tanto por su biografía sobre Lincoln como por su obra poética, era un artista y un amante del arte, que lo mismo aparecía en un concierto de Bob Dylan que bebiendo una copa de champagne al lado de Marylin Monroe.
En la obra “Baseball” de Ken Burns, aparece lo que a primera instancia luce una cita curiosa de Sandburg: “En incontables días de verano, yo jugaba béisbol comenzando a las 8 de la mañana, yendo a casa al mediodía para una comida rápida, y de nuevo con el fildeo y bateo hasta que era demasiado tarde para ver la pelota. Era tiempos de cuando mi mente estaba vacía de todo, salvo de los nombres y figuras del béisbol. Podía nombrar a los peloteros líderes de bateo y fildeo, y a los lanzadores que habían ganado los juegos. Tenía mis opiniones acerca de quien era mejor que nadie en el Pasatiempo Nacional.”
En realidad la cita anterior no debe extrañar: Carl Sanburg cimentó sus primeros rudimentos poéticos bajo la inspiración del béisbol. En 1918, Carl Sandburg incluyó en su colección de poemas “Cornhuskers” un texto titulado “Hits and Runs”, en clara referencia a la jugada netamente beisbolera de bateo y corrido. Una traducción posible del poema sonaría así:

Recuerdo a los peloteros de Chillicothe, aferrados en su lucha con los peloteros de Rock Island, en un encuentro de dieciséis entradas finalizadas por la oscuridad.

Y los hombros de los peloteros de Chillicothe eran una niebla roja contra el crepúsculo y los hombros de los peloteros de Rock Island eran una niebla sepia contra el crepúsculo.

Y la voz del ampáyer era un ronco conteo de bolas y strikes y outs y la garganta del ampáyer luchaba entre el polvo por una canción.

La afición de Sandburg por el juego de pelota no se limitaba a los juegos verbales. Le gustaba asistir a los estadios, así como coleccionar estampitas de peloteros. Sandburg llegó a reunir una más que valiosa colección de estampitas, misma que donó años después a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
A diferencia de Walt Whitman, Carl Sandburg no fue un poeta del béisbol y de la literatura como quien se erige en creador de un mármol inescrutable, sino más bien fue un poeta fraguado a partir del béisbol y de la literatura como quien adquiere su rico bagaje de la estética de los grandes poetas y de los grandes peloteros.
Me gusta la idea de imaginar a un Carl Sandburg niño, entretejiendo ya sus primeros poemas al momento de desforrar la esférica con el bate. Después de todo, la poesía del béisbol no requiere de traducción alguna.

LA GRAN RECHIFLA


Sí, yo estuve ahí. La inauguración del Clásico Mundial de Béisbol en el Foro Sol de la Ciudad de México. La masa enardecida gritaba con ansias de arrancarle el no escaso pellejo. Normal, no me extrañó. ¿Pero a quien se le ocurrió darle la bola a un Secretario de Hacienda? Es como soltar un pedazo de carne a la jauría hambrienta.







viernes, 18 de septiembre de 2009

EL TERCER EQUIPO



El actor Robert de Niro sorprendió a algunos reporteros despistados con la noticia de un tercer equipo de béisbol en Nueva York
“Esto va a ser bueno. Va a ser bueno. Va a ser bueno”, les lanzó a algunos reporteros.
“Esta es la única ciudad que puede tener a tres equipos. Lo hicieron antes por cincuenta años, y la población es mucho más grande ahora.”
Es decir, Robert de Niro estaba hablando sobre los Dodgers, los Giants y los Yankees jugando todos juntos en Nueva York hasta 1957.
Azorados, los reporteros cuestionaron a de Niro acerca de en qué liga jugaría el tercer equipo, a lo cual el actor reviró:
“Estoy emocionado de poner un equipo aquí. Me importa un carajo en qué liga juegue. ¿De acuerdo? ¿Entendieron, estúpidos cabrones?
Hasta entonces los reporteros se percataron que de Niro simplemente estaba ensayando para su rol de actuación de su próxima película: “The Third Team”. Pura y simple actuación.

COOL PAPA BELL


James Thomas Nichols, mejor conocido como “Cool Papa” Bell, se presume nació un 17 de mayo de 1903 en Starkville, Mississipi.
¿Y quién es ese personaje con nombre de taquero de puesto semi-fijo en la calle? Cool Papa es el pelotero más rápido que ha pisado un campo de béisbol y quizá uno de los hombres más veloces en la historia del planeta. El mismo Usain Bolt habría tenido un rival formidable en Cool Papa Bell joven. El lanzador Satchel Paige comentó alguna vez: “Si Cool Papa hubiera sabido algo acerca de las universidades o si las universidades hubieran sabido algo acerca de Cool Papa, Jesse Owens [el velocista de los 100 metros planos] habría parecido como que caminaba.”
Debido a la tristemente célebre barrera racial de las Grandes Ligas, Cool Papa se limitó a jugar en las llamadas Ligas Negras y, por algún tiempo, en México, donde participó con los equipos de Tampico, Torreón y Veracruz, dejando constancia de su velocidad en los senderos. Justo con el equipo de Veracruz conquistó en 1940 la triple corona de bateo con un bestial .437 de porcentaje. Posteriormente llegó a jugar con Monterrey. Su carrera como jardinero la inició en 1924 en las Ligas Negras con los Stars de San Luis, donde ganó los campeonatos de 1928, 1930 y 1931.
Tras su paso por diversos equipos, de 1933 a 1938 con el equipo de los Crawfords de Pittsburg formó parte de la tercia de jardineros más afamada de las Ligas Negras, al lado de Ted Page y Jimmie Crutchfield. Tiempo más tarde, Cool Papa Bell, ganó títulos en 1942, 1943 y 1944 con los Grays de Homestead.
Una vez retirado, Cool Papa dirigió a finales de los años 1940’s a los Monarchs de Kansas City, donde tuvo como pupilos a Ernie Banks, Jackie Robinson y Leston Howard.
Pero basta de historiografía, ¿qué tan veloz era en realidad Cool Papa Bell? Nada mejor que las anécdotas, si bien revestidas de sabor a leyenda, para delimitar el punto en cuestión. ¿Y quién mejor para esto que otro legendario pelotero como Satchel Paige?
De acuerdo a Satchel Paige, él llegó a compartir habitaciones de hotel con Cool Papa y pudo percatarse de que éste era capaz de presionar el interruptor de apagado de la luz y lanzarse a su cama antes de que la habitación quedara completamente a oscuras. ¿Qué eso no es suficiente? Pues bien, Cool Papa Bell en una ocasión, gracias a un fly de sacrificio, anotó desde la segunda base. ¿Aún más? Pues Cool Papa Bell en otra ocasión llegó a la tercera base corriendo desde la primera, gracias a un toque de pelota. ¿Impresionante, no? Pero aún hay más.
En un juego de exhibición frente a los Red Sox de Boston, Cool Papa se encontraba en primera cuando mandaron tocar a Satchel Paige. Para cuando Satchel apenas estaba tocando la pelota, Cool Papa ya doblaba de la segunda hacia la tercera. El receptor Roy Partee arrancó a proteger la tercera base, toda vez que quien cubría esta almohadilla bajó a recoger el toque de pelota. Sin embargo, para cuando todos reaccionaron, Cool Papa llegó caminando al home ante la mirada incrédula del lanzador Murry Dickson, quien no cubrió el plato al no imaginarse nunca que Cool Papa llegaría a rebasar la tercera.
Y esto todavía no termina. Satchel Paige apuntaba que en una ocasión Cool Papa Bell le conectó de lleno una línea que zumbó muy cerca de una de sus orejas. Para sorpresa de Satchel Paige, el batazo golpeó al mismo Cool Papa cuando arrancaba de primera hacia segunda.
¿Inverosímil? Después de todo, ¿qué es la verdad? Imposible saberlo, pero Cool Papa Bell fue canonizado en 1974 en el Salón de la Fama del Béisbol. Eso lo podemos saber de cierto al mirar la placa con su nombre en el recinto de Cooperstown.

JACK WHITE. FILÁNTROPO DEL BEÍSBOL


En la Eurocopa de fútbol del 2008, los aficionados pamboleros hicieron de la canción “Seven Nation Army” de The White Stripes, su himno de batalla. ¿Y quién lo diría?, pero Jack White (John Anthony Gillis), guitarrista de The White Stripes, no es precisamente un aficionado al fútbol, sino al béisbol, deporte que practicó durante su juventud. Jack White, uno de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos según la revista “Rolling Stone” y según el administrador de esta bitácora, está más cerca del velocista Justin Verlander que del sobrevalorado Cristiano Ronaldo.
De hecho, el consumado músico, donó recientemente $170,000 dólares para ayudar en la restauración del campo Clark Park, en su natal Detroit.
Vale mencionar a los cinéfilos que Jack White ha aparecido en distintas películas: “The Rosary Murders”, “Cold Mountain”, “Coffee and Cigarettes”, “The Fearless Freaks”, “Walk Hard” y “Shine a Light”.
La bitácora saluda al gran Jack White y les deja el video de la mencionada canción “Seven Nation Army”, que como vimos en realidad debería ser considerada un himno al béisbol. Al César lo que es del César.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

MICKEY RULES

No hay mejor ejemplo de cómo batear que Mickey Mantle (con permiso de Ted Williams).

sábado, 12 de septiembre de 2009

LOS JUEGOS PERFECTOS



Hasta el momento de escribir esto, han sido 18 los juegos perfectos en la historia del béisbol de las Grandes Ligas. 27 hombres, 27 outs sin que nadie alcance siquiera la primera base. He aquí la lista:

1. LEE RICHMOND
Cleveland 0-1 Worcester (12-Junio-1880)
2. JOHN MONTGOMERY WARD
Búfalo 0-5 Providence (17-Junio-1880)
3. CY YOUNG
Filadelfia 0-3 Boston (5-Mayo-1904)
4. ADDIE JOSS
Chicago White Sox 0-1 Cleveland (2-Octubre-1908)
5. CHARLIE ROBERTSON
Chicago White Sox 2-0 Detroit (30-Abril-1922)
6. DON LARSEN
Brooklyn 0-2 NY Yankees (8-Octubre-1956 Serie Mundial)
7. JIM BUNNING
Filadelfia 6-0 NY Mets (21-Junio-1964)
8. SANDY KOUFAX
Chicago Cubs 0-1 LA Dodgers (9-Septiembre-1965)
9. JIM “CATFISH” HUNTER
Minnesota 0-4 Oakland (8-mayo-1968)
10. LEN BARKER
Toronto 0-3 Cleveland (15-Mayo-1981)
11. MIKE WITT
California 1-0 Texas (30-Septiembre-1984)
12. TOM BROWNING
LA Dodgers 0-1 Cincinnati (16-Septiembre-1988)
13. DENNIS MARTINEZ
Montreal 2-0 LA Dodgers (28-Julio-1991)
14. KENNY ROGERS
California 0-4 Texas (28-Julio-1994)
15. DAVID WELLS
Minnesota 0-4 NY Yankees (17-Mayo-1998)
16. DAVID CONE
Montreal 0-6 NY Yankees (18-Julio-1999)
17. RANDY JOHNSON
Arizona 2-0 Atlanta (18-Mayo-2004)
18. MARK BUEHRLE
Tampa Bay 0-5 Chicago White Sox (23-Julio-2009)

EL GRAN CAPITÁN



¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro terrible viaje ha terminado, el barco ha sobrevivido a todos los escollos.
Walt Whitman

Sucedió lo esperado. Derek Jeter con su imparable 2,722 superó la marca de hits conectados como Yankee, la cual pertenecía al formidable Lou Gehrig. En efecto, el 11 de septiembre de 2009, durante el tercer inning, el capitán Yankee se consolidó como uno de los grandes peloteros de todos los tiempos al hacer sonar el bate frente a Chris Tillman de los Orioles de Baltimore y enviar de imparable la pelota hacia el jardín derecho del nuevo Yankee Stadium. Hasta hace unos pocos días, Derek Jeter había caído en un slump de bateo, mismo que atribuía abiertamente al nerviosismo de estar cerca de rebasar a una leyenda como Lou Gehrig.
Tras superar la marca, Derek Jeter declaró con su sencillez habitual: “Nunca me lo imaginé. Nunca soñé esto. Tu sueño es jugar para el equipo. Una vez que llegas, sólo deseas mantenerte y ser consistente. Por lo tanto, esto no era parte de eso. La experiencia en sí resulta abrumadora.”
Nadie pensaba en 1992 que Derek Jeter llegaría a ser una estrella de la constelación del Bronx. En ese año, el entonces flacucho jugador se iba de 7-0 con cinco ponches en su debut en clase A con la sucursal Yankee de Tampa.
No deja de ser curioso que también un 11 de septiembre (sólo que de 1975), Pete Rose rebasara a Ty Cobb en la marca de hits de todos los tiempos en las Grandes Ligas. Derek Jeter, a sus 35 años, tiene más hits que los que tenía Pete Rose a esa edad. ¿Llegará Derek Jeter a los 4,256 imparables de Pete Rose? Se ve difícil, ¿pero cómo saberlo de cierto?
Aunque Lou Gehrig era un gran competidor, ni duda cabe que habría visto con beneplácito que Derek Jeter, un Yankee de pura sangre, rompiera su marca. Bien lo dijo, el dueño del equipo, George Steinbrenner: “Para aquello que sostienen que el Juego de hoy en día ya no puede producir peloteros legendarios, les tengo dos palabras: Derek Jeter.”
Derek Jeter, orgullo Yankee y orgullo del béisbol.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

CRÍMENES EJEMPLARES DEL BÉISBOL II


¿Qué me ven? Si tenía razón Don Drysdale: Para qué le voy a regalar cuatro lanzamientos al bateador en una base intencional, si de un solo lanzamiento le puedo dar la base y además un buen madrazo.

*

Quien avisa no traiciona y yo se lo dije clarito cuando le vi clavando los spikes en la caja de bateo: “Cava bien ese hoyo porque ahí te voy a enterrar.”

*

Se quedó esperando la recta el muy iluso. Bien torcido de la cintura quedó con el sinker que le clavé abajito, abajito.

*

Soy el señor ampáyer y lo eché porque dijo sentirse mal. Era preciso actuar de esa forma. No hay nada de que extrañarse. Cuando le canté el tercer strike abajo y en la esquina, me miró y me habló con palabras entrecortadas… sí, entrecortadas, algo así como los moribundos: “Estoy enfermo de tus putas decisiones”. Y a la calle, faltaba más, para que lo atendieran los médicos.

*

No fue adrede. No me dejaba acercarme al home. A pura rápida pegada me traía. No me permitía batear a gusto por mi banda. Hasta me tiró una bola a la altura de las orejas. Yo sólo me eché más pa’ atrás y saqué a tiempo el bate. Si al darle con ganas por el puro centro del diamante, qué culpa puedo tener de que su cabeza haya reventado como sandía.

martes, 8 de septiembre de 2009

EL ÚLTIMO HIT DE LOU GEHRIG


“[…] Henry Louis Gehrig, cuyo porcentaje de bateo ha alcanzado dimensiones alarmantes de anemia…”
25 de abril de 1939.
Arthur J. Daley, New York Times

Hiere la frase. Pero sí, es verdad, tan solo tres imparables hasta el momento en esa campaña de 1939. Algo en mí me traicionaba.
Al día siguiente no pude atrapar un fly con un hombre en primera. Ah, la doble matanza, tampoco llegó. Simplemente no pude hacer el giro hacia la segunda. Como si la muerte viajase en sentido contrario, el cuerpo había abandonado el alma.
Llegó el sábado 29 de abril, una tarde nublada. Lefty Gomez contra Ken Chase. Duelo de zurdos. Al bate venían delante de mí, Frank Crosetti, Red Rolfe, Jake Powell y Joe DiMaggio. Yo cargaba puños de arena para sentir sus alas. Soltaba poco a poco la arena para verles volar. Bocanadas de humo se perdían en una niebla lejana.
En la segunda tanda recibí una base por bolas de Chase. Los bates Hillerich & Bradsby eran 33 onzas más ligeros que antaño. Lo doloroso era recorrer el trecho hacia la primera. Alientos y desalientos entrelazaban sus manos en franca desproporción.
El tercer inning conecté de hit. El número 2721 como Yankee. 2129 juegos consecutivos en la alineación. Volteé a ver al coach. Se acentuaba un destello en su frente: una frase extinguiéndose en el vasto incendio de la Memoria.
Extraña tierra esta que da de comer al hombre y le concede su última prórroga. Un juego más, un poco de descanso y quién sabe, por qué no, a lo mejor el telón no se cerraría, pero lo oscuro y lo minado del silencio sangraban ya sostenidos de un garabato…

domingo, 6 de septiembre de 2009

AGRADECIMIENTOS

Culminó la mini gira sinaloense de presentación del libro de la bitácora, “Dime que no fue así, Joe”, pero enviamos desde aquí los más sinceros agradecimientos de parte del Capitán Tomate:

Al editor, diseñador y presentador Jesús Ramón Ibarra.
Al Instituto Sinaloense de Cultura.
Al Centro Sinaloa de las Artes Centenario.
Al Museo de Arte de Mazatlán.
A los presentadores Jaime Félix Picos, Gerardo Osornio y Ernesto Diezmartínez.
Al Chepe Zazueta.
A César Buelna.
A Ricardo González, Gabriel Gordillo, Jonathan Juárez y Emor Villa del periódico Noroeste.
Al periódico El Debate.
A los programas de radio “La Feria”, “El Fanático” y “Conexión Deportiva”, así como al 94.5 del FM.
Al canal 3 de televisión.
A Cris Malcampo.
A don Gaby, por el aventón a Mazatlán.
Al público que siguió las entrevistas y los eventos, no alcanzamos a recordar ni a conocer a todos, pero especialmente a Sergio Acosta, Juan José Ruiz, Vicente Solórzano, Enrique Murillo, Álvaro Calderón, Alvarito Calderón, Daniela Cantú, Meche, Lic. Alberto Gutiérrez, Lic. Javier Ruelas, el Job, el Dumbo Ángulo, ingeniero Carlos Aguilar, Armando Malacón, Frank Meza, Carlos Gastelum, Chachis y el Mayor, mi nina Andrea, la Carmelucha Torres y Moisés.
Al oriundo de Guasave que nos recordó la anécdota de Selman Jack y la del Mago Obeso.
A don Juan Vené, por los elogios inmerecidos desde Nueva York.
Al Consejo Editorial de la bitácora: Ludwig Wittgenstein, Albert Camus, Jorge Luis Borges, Salvador Dalí, Walt Whitman y Jack Kerouac. Quienes desde los cielos le jalan las orejas al administrador de la bitácora por sus errores de sintaxis.
Al descalzo Jackson, porque su nombre figure como debe ser en el Salón de la Fama.
A Adulfo Camacho, por la carrilla que le seguimos dando a más de 20 años de su error.
A don Agustín de Valdez, porque su salud mejore, y porque si nos referimos a sus tiempos de director de un conocido jardín de niñas en Culiacán, no fue sino para rememorar al Culiacán antiguo y rememorar la expiación social de don Agustín hacia el mundo del béisbol.
A quienes leen esto y enriquecen la bitácora con sus comentarios.
A los padres de Monsieur Calderón, por andar en todo este jolgorio.

La lista anterior es un nódulo de silicio, prueba irrefutable de las heráldicas colectivas del béisbol, la literatura y la amistad.

viernes, 4 de septiembre de 2009

EL DESTELLO BLANCO

Dentro de las leyendas del béisbol es posible encontrar la referente a Steve Dalkowsky, el lanzador del cual algunos expertos llegan a sostener que su recta zumbaba hasta las 110 millas por hora, es decir, era más veloz que el mismísimo Nolan Ryan.

Dalkowsky, nacido el 3 de junio de 1939 en Nueva Inglaterra, era un zurdo que jamás llegó a las Grandes Ligas, pero a quien los aficionados mazatlecos recuerdan muy bien, pues jugó para los Venados en la campaña 1965-1966, siendo junto al Peluche Peña, el líder en blanquedas con un total de cinco.

Don Alfonso Araujo escribió sobre el velocista formidable: “Este Dalkowsky, cuando venía por ahí, no había equipo que le ganara. Pero si traía mucho descontrol, que era muy normal en él, no aguantaba mucho. Duró toda la campaña y terminó con 7-9.”

Tras su retiro del béisbol profesional, Dalkowsky cambió las rectas implacables por los consejos de Juan el Caminante, mejor conocido como Johny Walker en inglés, y aunque para la década de los 1990’s logró emanciparse del universo etílico, la demencia había ya consumido gran parte de sus neuronas, a tal grado que le resultaba ya difícil recordar hechos anteriores al año 1960.


Va un poema sobre Dalkowsky:

Yo he de esforzarme para no tener ante mis ojos más que los regueros irregulares del plato, pero las ondas azuladas del alcohol recrean ante mí un estupor como el registro inexorable de un sismógrafo. A mi pesar, distingo lienzos que hacen caer una luz de blancas reverberaciones. Quiero seguir, cimbrar el diamante con las ráfagas de la pelota, pero no hay más, la memoria abdica, calcinada ante el hielo y las tinieblas.

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