Sí, yo estuve ahí. La inauguración del Clásico Mundial de Béisbol en el Foro Sol de la Ciudad de México. La masa enardecida gritaba con ansias de arrancarle el no escaso pellejo. Normal, no me extrañó. ¿Pero a quien se le ocurrió darle la bola a un Secretario de Hacienda? Es como soltar un pedazo de carne a la jauría hambrienta.
martes, 22 de septiembre de 2009
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