La anécdota la contaba el mismísimo Satchel Paige, el monumental lanzador de color.
Habría ocurrido en 1942 en la Liga Negra, en el juego dos de la Serie Mundial entre los Monarcas de Kansas City de Satchel Paige y los Grises de Homestead del formidable toletero Josh Gibson. La rivalidad entre ambos jugadores era acentuada: el mejor pitcher negro contra el mejor bateador negro. (Las fórmulas “negro” acaso sobran.)
Satchel Paige entró a tirar en lugar de Hilton Smith en el séptimo inning, con ventaja para su equipo de 2-0 y con dos outs. Paige fue recibido con un triple del primer bateador, Jerry Benjamin.
Entonces Paige otorgó bases por bolas intencionales a los siguientes dos bateadores, Vic Harris y Howard Stearling. Al percatarse del segundo pasaporte, el manager de los Monarcas tal vez exclamó en el duguot: “Ese negro hijo de perra está más loco que una cabra en celo”. La insólita estrategia de Paige: llenar las bases para enfrentar por puro gusto a Josh Gibson, el bateador más temido del béisbol. La multitud con un par de nudos marineros en la laringe.
Paige obligó a faulear a Gibson con dos bolas rápidas. Fijó su mirada en el rival y antes de lanzar le advirtió: “Ésta va a ser como un chícharo echando lumbre en tus rodillas.” Y le clavó una recta de humo que hizo abanicar a Gibson.
Los historiadores se han mostrado escépticos sobre si todo ocurrió exactamente como lo relató Satchel Paige, aún y cuando ese juego existió y en efecto, Paige entró a relevar más o menos en esas circunstancias, quizá no en el sexto inning sino en el séptimo.
Mi teoría es simple: si Satchel Paige lo dijo, no tenemos porque dudarlo. Era capaz de eso y más. ¿Una prueba irrefutable? Cuando Joe DiMaggio aún estaba en Ligas Menores, casi a punto de ser subido al equipo grande, llegó a enfrentar a Satchel Paige. Eso sucedió el 7 de febrero de 1936.
¿El reporte del scout de los Yankees de Nueva York? Un texto escrito en mayúsculas: “DIMAGGIO ES TODO LO QUE ESPERAMOS QUE FUERA: LE BATEÓ A SATCH DE 4-1.” Amén.
Habría ocurrido en 1942 en la Liga Negra, en el juego dos de la Serie Mundial entre los Monarcas de Kansas City de Satchel Paige y los Grises de Homestead del formidable toletero Josh Gibson. La rivalidad entre ambos jugadores era acentuada: el mejor pitcher negro contra el mejor bateador negro. (Las fórmulas “negro” acaso sobran.)
Satchel Paige entró a tirar en lugar de Hilton Smith en el séptimo inning, con ventaja para su equipo de 2-0 y con dos outs. Paige fue recibido con un triple del primer bateador, Jerry Benjamin.
Entonces Paige otorgó bases por bolas intencionales a los siguientes dos bateadores, Vic Harris y Howard Stearling. Al percatarse del segundo pasaporte, el manager de los Monarcas tal vez exclamó en el duguot: “Ese negro hijo de perra está más loco que una cabra en celo”. La insólita estrategia de Paige: llenar las bases para enfrentar por puro gusto a Josh Gibson, el bateador más temido del béisbol. La multitud con un par de nudos marineros en la laringe.
Paige obligó a faulear a Gibson con dos bolas rápidas. Fijó su mirada en el rival y antes de lanzar le advirtió: “Ésta va a ser como un chícharo echando lumbre en tus rodillas.” Y le clavó una recta de humo que hizo abanicar a Gibson.
Los historiadores se han mostrado escépticos sobre si todo ocurrió exactamente como lo relató Satchel Paige, aún y cuando ese juego existió y en efecto, Paige entró a relevar más o menos en esas circunstancias, quizá no en el sexto inning sino en el séptimo.
Mi teoría es simple: si Satchel Paige lo dijo, no tenemos porque dudarlo. Era capaz de eso y más. ¿Una prueba irrefutable? Cuando Joe DiMaggio aún estaba en Ligas Menores, casi a punto de ser subido al equipo grande, llegó a enfrentar a Satchel Paige. Eso sucedió el 7 de febrero de 1936.
¿El reporte del scout de los Yankees de Nueva York? Un texto escrito en mayúsculas: “DIMAGGIO ES TODO LO QUE ESPERAMOS QUE FUERA: LE BATEÓ A SATCH DE 4-1.” Amén.
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