Sí, sí se puede. ¿Por qué no ha de poderse? No, no me refiero a los Tomateros. Sus paupérrimas demostraciones ofensivas, sumadas a una inusual falta de buena defensa, no me permiten imaginar un futuro promisorio en estos play-offs. No se trata por ello del potencial de los Tomateros. Mi “sí se puede”, antaño grito triunfalista y 100% beisbolero (¿Williamsport, dice algo?) y por estas fechas devenido tristemente a expresión panbolera tercermundista, va dirigido a Eugeniusz Gadomski, ese hombre en Polonia de más de 80 años, símbolo del gigoló como máxima expresión de la masculinidad irreductible, capaz de imponer su ley en el complejo, artificioso e inestable territorio femenil.
De acuerdo a la agencia EFE, la policía polaca busca a Eugeniusz Gadomski, un anciano de 80 años que durante la última década aprovechó sus modales refinados y su falta de escrúpulos para seducir y luego robar los ahorros de mujeres solas, a las que conocía a través de agencias matrimoniales.
Pero el señor Gadomski no es un vulgar estafador, sino un hacedor de ilusiones, por las cuales cobra un precio quizá caro, pero que no lo pareció tanto a quien estuvo dispuesto a pagarlo. El crimen radica, entonces, no en un aparente despojo, sino en la falta de entrega de la cosa convenida: el alma del señor Gadomski. Es decir, un pacto diabólico con oscuras ancianas, a lo cual desde luego nuestro personaje se rehusó puntualmente, no sin antes cobrar una módica propina. ¿Prostitución dijo alguien? Improbable, si bien no imposible, por las limitaciones inherentes al comercio carnal octogenario.
Apunta la nota periodística: “Todas sus víctimas lo recuerdan como un caballero, un hombre con muy buena presencia, buenos trajes, joyas, educación, todo un galán."
La nota señala de igual forma: “En algunas agencias matrimoniales de la capital polaca todavía recuerdan a Eugeniusz y la buena impresión inicial que causaba entre las señoras que contactaron con él. Un señor guapo y bien conservado para su edad, por lo que apenas tenía competencia entre las mujeres mayores, viudas y solas, necesitadas de cariño y compañía.”
Y como queriendo disminuir los meritos del viejo gigoló, remata la noticia: “Eugeniusz Gadomski cuenta en su haber con otras estafas, entre ellas la de haber cobrado durante varios años una pensión por haber estado recluido en un campo de concentración durante la II Guerra Mundial donde, obviamente, nunca estuvo.”
No aplaudo la conducta del personaje citado, ésta no es para nada digna de elogio, pero admiro en cambio su atrevimiento, su apuesta por la aventura, su absoluto descaro. A sus más de 80 años. Sí, sí se puede.
Extra. Quizá no es el sitio para comentar esto, pero la existencia de empresas de TV como Sky es algo terrible. Contratar sus servicios me parece un acto inmoral, además de ser un visto bueno a la violación de nuestro derecho a la información. Estoy de acuerdo en pagar algo adicional por lo que no se tiene o no es de interés público, por un privilegio o por un capricho (el canal de Playboy, por ejemplo), pero no por lo que ya se tenía o era algo de uso ordinario. Cualquiera con un mínimo de instrucción en economía o con algo de sentido común, comprenderá que la respuesta de los consumidores es un determinante de la actividad económica, por lo cual es mejor no consumir los servicios mencionados, dejar quebrar a esas empresas y regresar los orígenes de eventos deportivos en televisión abierta y patrocinados por terceros Si seguimos apostando a Sky, ¿qué seguirá? ¿La Serie Mundial sólo por Sky? Ni se les ocurra.
De acuerdo a la agencia EFE, la policía polaca busca a Eugeniusz Gadomski, un anciano de 80 años que durante la última década aprovechó sus modales refinados y su falta de escrúpulos para seducir y luego robar los ahorros de mujeres solas, a las que conocía a través de agencias matrimoniales.
Pero el señor Gadomski no es un vulgar estafador, sino un hacedor de ilusiones, por las cuales cobra un precio quizá caro, pero que no lo pareció tanto a quien estuvo dispuesto a pagarlo. El crimen radica, entonces, no en un aparente despojo, sino en la falta de entrega de la cosa convenida: el alma del señor Gadomski. Es decir, un pacto diabólico con oscuras ancianas, a lo cual desde luego nuestro personaje se rehusó puntualmente, no sin antes cobrar una módica propina. ¿Prostitución dijo alguien? Improbable, si bien no imposible, por las limitaciones inherentes al comercio carnal octogenario.
Apunta la nota periodística: “Todas sus víctimas lo recuerdan como un caballero, un hombre con muy buena presencia, buenos trajes, joyas, educación, todo un galán."
La nota señala de igual forma: “En algunas agencias matrimoniales de la capital polaca todavía recuerdan a Eugeniusz y la buena impresión inicial que causaba entre las señoras que contactaron con él. Un señor guapo y bien conservado para su edad, por lo que apenas tenía competencia entre las mujeres mayores, viudas y solas, necesitadas de cariño y compañía.”
Y como queriendo disminuir los meritos del viejo gigoló, remata la noticia: “Eugeniusz Gadomski cuenta en su haber con otras estafas, entre ellas la de haber cobrado durante varios años una pensión por haber estado recluido en un campo de concentración durante la II Guerra Mundial donde, obviamente, nunca estuvo.”
No aplaudo la conducta del personaje citado, ésta no es para nada digna de elogio, pero admiro en cambio su atrevimiento, su apuesta por la aventura, su absoluto descaro. A sus más de 80 años. Sí, sí se puede.
Extra. Quizá no es el sitio para comentar esto, pero la existencia de empresas de TV como Sky es algo terrible. Contratar sus servicios me parece un acto inmoral, además de ser un visto bueno a la violación de nuestro derecho a la información. Estoy de acuerdo en pagar algo adicional por lo que no se tiene o no es de interés público, por un privilegio o por un capricho (el canal de Playboy, por ejemplo), pero no por lo que ya se tenía o era algo de uso ordinario. Cualquiera con un mínimo de instrucción en economía o con algo de sentido común, comprenderá que la respuesta de los consumidores es un determinante de la actividad económica, por lo cual es mejor no consumir los servicios mencionados, dejar quebrar a esas empresas y regresar los orígenes de eventos deportivos en televisión abierta y patrocinados por terceros Si seguimos apostando a Sky, ¿qué seguirá? ¿La Serie Mundial sólo por Sky? Ni se les ocurra.
4 comentarios:
¿Cuáles canales deportivos quieren cobrar ahora en Sky? Digo, para ir poniendo las barbas a remojar los que tenemos Mecagable.
Manejan varios paquetes hasta donde sé. Pero por experiencias en otros países ese tipo de compañías se manejan más o menos bajo la misma estrategia: atraer un gran número de suscriptores con el gancho de la exclusividad en algo; luego, con el tiempo empiezan a cobrar hasta por cambiarle de canal. En España, por ejemplo, que tan amantes del fútbol son, la mayoría de los partidos son ya de paga, siendo que antes no era así. Estas compañías se satélite se van directo a comprar derechos de las ligas deportivas y ahí les pegan a las compañías de cable. En cable, el béisbol y la NBA ya están muy limitados comparados con antes. Pero eso sí, Sky tiene paquetes para eso.
Cuando supe que en mi ejido (Villas del Río) no había cable, me atuve a las necesidades de mis hijas (primero) y luego las de mi mujer y mías. La neta no me quejo. Pensándolo desde la perspectiva que tu señalas sí, sé que SKY es un aparatejo mercachife que succiona lo que puede de sus usuarios, los engatusa con eventos de uso común en la televisión de grapa (caso concreto, el insufrible Interliga), resulta más caro que el megacable, no se si más caro que el cable digital. Sin embargo, veo como mera utopía la idea de ver encuentros, por ejemplo, del futbol español, entre los comentarios agudos del negris sobre beis y la danza voluptuosa de Maribel Guardia. Pero siga así mi David, Animo y el puño en alto. Feliz año.
Feliz año también Jesús Ramón. Ya de perdida que alguien nos diga que Sky no es de Slim. O que nosotros no somos también de él.
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