Es cierto. Nos tardamos demasiado. Era la hora. Era sin duda la hora. Desde hace mucho que era la hora. Esta bitácora envía un gran abrazo a ese fantástico actor llamado Jack Nicholson.
Gracias Jack por tu integridad. Gracias por “Easy Rider” (¿Cómo se traduce “Easy Rider”?). Gracias por “Alguien Voló sobre el Nido de Cuco”. Gracias por “El Resplandor”. Gracias por “Mejor Imposible”. Gracias por negarte a portar la gorra de los medias rojas durante la película de los Infiltrados. Sí, claro, representabas a Frank Costello, ese criminal bostoniano. Había que ser rudo, cínico, insolente… ¿pero ponerse una gorra de Boston? ¿Tú, el gran Jack Nicholson? ¡Jamás! ¡Al diablo con Martin Scorsese! ¡Al diablo con Matt Damon, ese fan de los calcetines sangrientos! ¡Al diablo con todo! Un Yankee auténtico jamás traiciona a su equipo.
Bravo, Jack. La bitácora te saluda.
3 comentarios:
Un Yankee de corazón JAMÁS traiciona a su equipo. Jamás me pondría una gorra de Boston, aunque yo no sea Jack Nicholson.
Este señor que es mi idolo del cine , seguramente en su vida anterior vivio en Culiacan, en el subconsciente le va a los Tomateros
y no lo sabe , pisteaba en La Ba- llena y viajaba en un camion Mandarina, tampoco lo sabe, yo si lo se, por eso me cae tan bien.
Así es, estimado Jesús. Cuando uno ve la personalidad arrolladora de Jack Nicholson y sus finos gustos deportivos (ni más ni menos que los Yankees de Nueva York y los Lakers de Los Angeles), uno no puede sino pensar en que seguramente le va a los Tomateros de Culiacán. Eso es por descontado.
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