jueves, 17 de abril de 2008

ANTES DEL JUEGO PERFECTO


¿Por qué el autor de esta bitácora no escribe más seguido? ¿Ha muerto acaso? ¿Fue secuestrado por una logia de culto a los extraterrestres? ¿Se encuentra preso en Guantánamo por órdenes de la FIFA? Nada de eso, amigos. La lógica es simple: es primavera, arranque de la temporada de Grandes Ligas, y es mejor leer sobre béisbol que escribir sobre béisbol y es mucho pero mucho mejor ver béisbol que leer o escribir sobre béisbol. Desde luego lo ideal sería jugar béisbol, pero si no es con los Yankees no me interesa jugar con ningún otro equipo y si no es en la tercera base me niego a jugar otra posición. En eso soy irreductible. ¿El problema? Un tal Alex Rodríguez juega la tercera base para los Yankees y así está difícil jugar. Por eso, para fines prácticos ver béisbol es lo máximo a lo cual puedo aspirar.
Es temprano y no hay juegos en la cartelera. Todavía no empieza el Boston vs Nueva York, así que puedo soltar algunas líneas. Creo que no le hago daño a nadie y hasta es un tanque de oxígeno hablar de béisbol en estas tierras contaminadas de imprecaciones y maldiciones panboleras.
Alguna vez comenté más mal que bien sobre la mística de los juegos perfectos: 27 hombres y 27 outs sin que ningún corredor toque las colchonetas. Los juegos perfectos son por esencia impolutos e inolvidables. ¿Pero quién suele recordar lo que sucedió antes de un juego perfecto?
Y para ilustrar la cuestión es prudente hacer remembranza de Donald James Larsen, el hombre que tiró el Juego Perfecto (no un juego perfecto, sino el Juego Perfecto) en la Serie Mundial de 1956 entre los Yankees de Nueva York y los Dodgers de Brooklyn.
Don Larsen era en el mejor de los casos un pitcher mediocre. A veces era usado como abridor y ocasionalmente como relevista. Su récord de por vida en Grandes Ligas fue de apenas 81 ganados y 91 perdidos. Vaya, sus cifras están lejos de ser respetables.
Y lo que son las cosas, los Dodgers le dieron a Don Larsen hasta con la cubeta en el segundo juego de la Serie Mundial de 1956 al grado de que Larsen no pudo ni pasar del segundo inning. Era una locura siquiera pensar en que volvería a lanzar en el Clásico de Octubre. Pero volvió a tirar y…
50 años después, el primera base de los Yankees en la Serie Mundial citada, Moose Skowron recordaría: “No podía creer que [Don Larsen] estuviera pitchando ese día [el 8 de octubre de 1956 en el quinto juego]. Aún no puedo creer la mirada que tenía en su cara cuando él vio que la bola era suya… de shock o algo similar.”
El manager de los Yankees, Casey Stengel fue severamente cuestionado por los feroces periodistas neoyorquinos por anunciar como abridor a Don Larsen para el quinto partido, pero el viejo lobo del diamante respondió: “Abro con Don Larsen y no voy a cambiar de pitcher, pura mierda voy a ensuciarme los zapatos caminando hasta el montículo para pedirle la bola, porque él va lanzar los nueve innings completos, y escuchen bien cabrones, Don los tiene de este tamaño, así como huevos de avestruz, y yo me corto los míos si él no gana este juego.” Amén. Don’t mess honey with those damn God blessed Yankees. El resto es pura y vanal historia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

YO SOY DE CULIACAN Y VIVO EN TIJUANA, Y EN UN PERIODICO LOCAL, LEI UNA COLUMNA DE UN PERIODISTA MUY MAYOR DE EDAD, QUE PLATICABA QUE EN UNA OCASION PASO LA LINEA INTERNACIONAL A PIE EN UN LUGAR LLAMADO IMPERIAL BEACH, QUE ES MUY CERCA DE TIJUANA, NADA MAS PASANDO , Y ESTA EN LA ORILLA DEL MAR, AHI SE ENCONTRO CON DOS HOMBRES QUE ESTABAN EN LA ORILLA DE LA PLAYA, UNO ERA ORIENTAL Y EL OTRO ERA UN GRINGO ALTISIMO CON UNAS MANOS ENORMES, ENTONCES EL HOMBRE ORIENTAL SE DIRIGIO A EL Y LE DIJO QUE EL GRINGO ERA DON LARSEN , EL PITCHER QUE ACABABA DE TIRAR UN JUEGO PERFECTO EN LA SERIE MUNDIAL DE BEISBOL, EL PERIODISTA EN ESE ENTONCES ESTABA ENTERADO DE EL HECHO COMO MUCHA GENTE, SIN SER AFICIONADO , PERO DESPUES RECORDABA EL HECHO.
ESTO ES ALGO QUE QUISE COMPARTIR CON USTEDES.
jesus de la cruz rubio cebreros

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